El 13 de mayo de 2025, Uruguay se detuvo. No por decreto, sino por respeto. José “Pepe” Mujica, aquel hombre que nunca buscó ser más que un vecino, un luchador y un campesino, había fallecido a los 89 años. Su muerte, sin embargo, no fue un final, sino el inicio de un legado que ya es parte de la identidad latinoamericana.
En su finca de Rincón del Cerro, rodeado de lo esencial, Mujica cerró los ojos con la misma sencillez con la que había vivido. Y en cada rincón del continente, su historia volvió a contarse, esta vez como una lección que no caduca.
De niño de barrio a guerrillero: los años que forjaron su carácter
Pepe Mujica nació en Montevideo en 1935, en un Uruguay donde la pobreza era silenciosa y la desigualdad, un paisaje cotidiano. La muerte temprana de su padre obligó a su mad