SAN PEDRO SULA, Honduras — “Quería ver a mi familia y a mi mamá”, dijo Kevin Antonio Posadas, de 25 años, tras entregarse a las autoridades de Estados Unidos y firmar voluntariamente su deportación.

Es uno de los primeros 68 migrantes, incluidos 38 hondureños, que volvieron el lunes de forma voluntaria a su país bajo el programa estadounidense CBP Home , que incentiva a los migrantes indocumentados a “autodeportarse” a cambio de una ayuda financiera de 1.000 dólares y la posibilidad de solicitar en un futuro la entrada a Estados Unidos por la vía legal.

Los deportados llegaron en un vuelo chárter al aeropuerto de San Pedro Sula, a 250 kilómetros (155 millas) al norte de la capital Tegucigalpa, en el que también había 26 colombianos que prosiguieron su camino hacia su país, según un c

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