El gobierno del presidente Donald Trump amplió su capacidad para detener a inmigrantes que no están legalmente en Estados Unidos al abrir este mes unas instalaciones en la ciudad más grande de Nueva Jersey, ante lo cual se desataron protestas frente al edificio cercado, a las que acudió el alcalde de Newark, Ras Baraka.
Delaney Hall , una instalación con capacidad para 1.000 camas ubicada a lo largo de una franja industrial de Newark Bay, comenzó a funcionar el 1 de mayo, según la empresa privada de prisiones que opera el centro. El gobierno hizo el anuncio en medio de una represión a la inmigración en todo el país que ha acaparado los titulares noticiosos, y mientras intensifica sus iniciativas para deportar a ciertos inmigrantes.
La pugna se desarrolla en Newark y en un tribunal feder