Hubo un momento en el que el presidente estadounidense, Donald Trump, consideraba al ruso, Vladimir Putin, prácticamente su amigo. En 2013, cuando visitó Moscú para el concurso de Miss Universo, se preguntó en Twitter, literalmente, si Putin se “convertiría” en su “nuevo mejor amigo”. Dos años después, y aunque todavía no se habían visto nunca en persona, Putin dijo que el magnate era “una persona colorida y talentosa”, algo que al americano le pareció un “gran honor”.
En el primer mandato de Trump, ambos se encontraron varias veces en privado, incluso sin ningún miembro de ambos equipos, algo del todo inusual. En esta ocasión, el presidente estadounidense ha arrancado su segundo mandato alabando a Putin, aparentando confianza y camaradería con él, quizá creyendo que de ese modo podrí