El deslizamiento, de una violencia devastadora, arrasó el 90 % del casco urbano e implicó el desprendimiento de unos 3,5 millones de metros cúbicos de material que descendió la ladera a una gran velocidad, bloqueando además el curso del río Lonza, según informaciones transmitidas desde el lugar por la televisión pública suiza RTS.

Una serie de imágenes captadas con drones muestran un manto gris donde antes se encontraban casas, caminos y praderas.

Del glaciar habían empezado a caer a mediados de mes una cantidad de rocas que iban aumentando conforme pasaban los días, lo que llevó a una rápida evaluación de la situación y a emitir una orden de evacuación de los 300 habitantes del pueblo, tras confirmarse la gran inestabilidad del terreno.

“Sabíamos que era cuestión de tiempo. La ladera e

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