Una redada migratoria en un restaurante de San Diego (California) acabó con una escena que pocos esperaban: los vecinos enfrentando cara a cara a un grupo de 25 agentes del ICE , armados y con equipo táctico, como si se tratara de una operación de élite.

Todo empezó cuando los agentes irrumpieron en el local con una supuesta orden judicial . Esposaron a más de una docena de trabajadores, incluido el gerente, y se llevaron a varios detenidos. Aunque la mayoría fue liberada más tarde, al menos dos personas siguen bajo custodia migratoria.

Pero lo que realmente marcó la jornada fue la reacción vecinal . Indignados, los residentes rodearon los vehículos del ICE, los increparon, golpearon coches, gritaron "¡vergüenza!", y "¡putos cobardes!", y no se echaron atrás, ni siquiera cuando los

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