TAMPA — Después de amamantar a trillizos, Lisa Medlen deseaba que su cuerpo recuperara el aspecto que tenía antes del embarazo.
Consultó con un cirujano estético sobre realizarse una mastopexia, pero él le recomendó implantes. Nunca mencionó ningún riesgo, asegura ella.
En enero, unos 20 años después de su intervención, Medlen notó que uno de sus senos estaba inflamado y tenía una sensación de “agua dentro.”
Una mamografía reveló casi cinco centímetros de líquido. Una biopsia confirmó la presencia de linfoma —un tipo de cáncer— en el tejido cicatricial alrededor del implante.
Medlen, residente de St. Petersburg, se sometió a una cirugía en febrero para retirar los implantes y el tejido cicatricial. Posteriormente descubrió que su modelo de implante había sido retirado del mercado en 20