Aplaudido con satisfacción en la extrema derecha, mirado con recelo por la Unión Europea. Así perciben al nuevo presidente de Polonia, el conservador Karol Nawrocki.
Tras una carrera tensa y un margen de victoria estrecho, Nawrocki logró ganar con un 50,89% de los votos al liberal Rafał Trzaskowski en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo.
Si en 2023 Polonia fue citada como un ejemplo de recuperación democrática cuando el partido centrista del primer ministro Donald Tusk logró desbancar a la ultraderecha del Partido Ley y Justicia, esto supone un cambio de timón.
Y es un golpe a la agenda pro Unión Europea, pro reformista y más centrista de Tusk, algo que Nawrocki se ha propuesto obstaculizar desde su nueva posición.
Aunque el rol presidencial