Gracias a la controvertida reforma judicial impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México tendrá una Suprema Corte afín al grupo político dominante con un indígena como posible presidente, según el conteo difundido ayer martes del 94% de los votos emitidos para la conformación de ese tribunal.
El Supremo era la joya de la corona de la controvertida elección de 2.600 jueces y magistrados judiciales celebrada el domingo, ejercicio inédito en el mundo que el oficialismo impulsó como remedio contra una impunidad de más de 90%, pero que según sus críticos consolida un “régimen totalitario”.
La centroizquierda del partido Morena gobierna México con la presidenta Claudia Sheinbaum a la cabeza del Ejecutivo y también controla el Legislativo y la mayoría de gobernaciones de est