Entre las granjas de cangrejos de río, los altos pinos y los cafés que sirven po’boys en las zonas rurales de Luisiana, cerca de 7,000 personas esperan en centros de detención migratoria para saber si serán expulsadas de Estados Unidos.

Si la administración del presidente Donald Trump logra imponer su plan, pronto se sumará capacidad para detener a decenas de miles de migrantes más en todo el país, en una expansión explosiva del que ya es el sistema de detención migratoria más grande del mundo.

El intento de Trump por cumplir con sus promesas de deportaciones masivas hechas durante la campaña de 2024 representa una potencial bonanza para empresas privadas de prisiones y un reto para las agencias gubernamentales encargadas de realizar las expulsiones de manera ordenada.

Algunos críticos

See Full Page