La mañana del 9 de mayo formé parte de un equipo del servicio árabe de la BBC que salió de la capital siria, Damasco, hacia la provincia sureña de Deraa. Desde allí, planeábamos dirigirnos a la frontera con los Altos del Golán, ocupados por Israel.

Queríamos acercarnos al territorio sirio que ha sido tomado por el ejército israelí desde diciembre, cuando el primer ministro de Israel anunció que asumirían el control indefinido de una zona desmilitarizada y áreas vecinas tras la caída del régimen de Bashar al-Assad.

Éramos un equipo de siete personas: yo (ciudadano británico), dos empleados iraquíes de la BBC y cuatro sirios, tres colaboradores independientes y un camarógrafo de la BBC.

Estábamos filmando cerca de uno de los puestos de observación de la Fuerza de Observación de la Separa

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