Fotografía, Esther Arango, década de 1950
Hansel Mera | New York Hispano | Colaborador
Con las anteriores palabras se presentaba Esther Arango Peláez para celebrar la apertura de los Juegos Nacionales de 1928, llevados a cabo en Cali, Colombia. Por entonces era una joven escritora de 18 años, cuyos gustos encarnaban el ideal de una modernidad cinética, llena de velocidad, que celebraba el cuerpo entre faenas del sport, el baile y hasta otras formas de placer.
Nacida en Abejorral (1910), un pequeño pueblo antioqueño, pronto inicia sus estudios en Manizales para terminar en un internado católico de La Cumbre (Valle del Cauca). Muy pronto su vida transcurren en Cali, pues su padre, Ignacio Arango, fue un prestantes comerciante que abrazó de manera muy temprana al mercado estadounidens