Durante 130 días, el multimillonario tecnológico Elon Musk fue un “empleado gubernamental especial”, que trabajó en el gobierno del presidente Donald Trump para recortar lo que consideraba como programas gubernamentales que derrochaban recursos y departamentos inflados.
Tras su salida la semana pasada, está de regreso desde fuera. Y es el gobierno de Trump, y la masiva ley presupuestaria que el presidente promueve actualmente, lo que provocó la ira de este nuevo Musk, aparentemente desenfrenado.
El martes, en una serie de publicaciones en redes sociales, atacó el proyecto insignia de ley fiscal y gasto de Trump, que está siendo evaluado por el Senado después de que los republicanos de la Cámara de Representantes lo aprobaran el mes pasado.
Después de decir que no podía “soportarlo más”,