por el equipo de El Reportero

A pesar de miles de millones de dólares gastados en la última década, la crisis de personas sin hogar en el Área de la Bahía de San Francisco sigue creciendo, impulsada por los alquileres exorbitantes, los desafíos de salud mental y adicciones, y, lo más crítico, la falta de coordinación entre ciudades y condados.

La división estructural en el sistema de California agrava el problema: las ciudades son responsables de construir albergues y viviendas, mientras que los condados se encargan de los servicios de salud conductual y adicciones. Sin una colaboración estrecha, surgen vacíos críticos y muchas personas quedan desamparadas. Desde San Francisco hasta San José, los líderes políticos impulsan estrategias audaces —a menudo en conflicto entre sí y sin apoyo c

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