Nico borró todos los mensajes de su teléfono celular antes de aterrizar en Estados Unidos. Se aseguró que en su galería no hubiera imágenes ni memes de Trump o cualquier otra fotografía que pudiera ser considerada como un “ataque” a este país. Se puso una camisa de manga larga para cubrir sus tatuajes y pasó por inmigración con un nudo en el estómago que le incomodaba hasta para respirar.
Todo sereno.
No es el primer viaje de Nico a la Unión Americana. Tiene una visa de trabajo y ha vivido en Nueva York por largos periodos de tiempo, pero jamás había sentido esa incertidumbre que te da el no tener un estado migratorio sólido que, aunque legal, sigue siendo muy vulnerable a las políticas actuales.
No es el único.
Miles de estudiantes y trabajadores con visas temporales tienen miedo de c