Una jueza federal dio luz verde este viernes a uno de los cambios más trascendentales en la historia del deporte universitario en Estados Unidos, al aprobar un acuerdo de $2,800 millones que permitirá a las universidades comenzar a pagar millones de dólares a sus atletas desde el próximo mes, marcando el fin del modelo amateur que rigió por más de un siglo.
El acuerdo, resultado de una demanda presentada hace casi cinco años por el nadador Grant House contra la NCAA y las cinco conferencias más grandes, autoriza a cada universidad a compartir hasta $20.5 millones anuales con sus deportistas y establece el pago de $2,700 millones en los próximos diez años a miles de exatletas que no pudieron recibir ingresos anteriormente.
La jueza Claudia Wilken —quien ya había debilitado el modelo amate