La familia de Mercedes Yamarte está hecha añicos por las deportaciones ordenadas por Donald Trump. Sus tres hijos partieron a Estados Unidos en busca de una mejor vida. Ahora uno está encarcelado en El Salvador, otro se autodeportó a México y el tercero vive con miedo, escondido.

La lluvia arrecia en un barrio de calles de arena de Maracaibo, a nueve horas de coche de Caracas. Allí vive Mercedes, en una pequeña casa de bloques y techo de zinc donde se respira tristeza.

Su hijo mayor, Mervin José Yamarte Fernández, de 30 años, fue arrestado el 13 de marzo en Texas, deportado a El Salvador y encarcelado en una megacárcel para pandilleros.

Mercedes muestra en el teléfono una foto de todos sus hijos, capturada en una videollamada en la última Navidad.

«Quisiera dormir, despertarme y que es

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