
Según el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, Kilmar Ábrego García introdujo de contrabando a miles de personas en todo el país que vivían en Estados Unidos ilegalmente, entre ellas, varios miembros de la violenta pandilla MS-13, mucho antes de que fuera deportado erróneamente a El Salvador. En las acusaciones divulgadas casi tres meses después de su expulsión, autoridades estadounidenses dicen que Ábrego García abusó de las mujeres que transportaba, mientras que un coconspirador alegó que participó en un asesinato vinculado con pandillas en su natal El Salvador.
La esposa y los abogados de Ábrego García cuentan una historia muy diferente. Dicen que, cuando era adolescente, el joven de 29 años huyó de las pandillas locales que aterrorizaban a su familia en El Salvador para buscar ganarse la vida en Maryland. Encontró trabajo en la construcción, se casó y criaba a tres hijos con discapacidades antes de ser deportado por error en marzo.
La lucha se convirtió en un punto álgido en el endurecimiento de las medidas de aplicación de la ley migratoria por parte del gobierno. Ahora, regresa al sistema judicial de Estados Unidos, donde Ábrego García compareció el viernes después de ser devuelto desde El Salvador. Enfrenta nuevos cargos relacionados con una gran operación de tráfico de personas y está bajo custodia federal en Tennessee.
El sábado, en una entrevista telefónica con Kristen Welken de NBC, Trump dijo que no fue su decisión traer de vuelta a Ábrego García. “El Departamento de Justicia decidió hacerlo de esa manera, y está bien”, dijo. “Había dos maneras de hacerlo, y decidieron hacerlo de esa manera.” Trump dijo que debería “ser un caso muy fácil”.
Al anunciar el regreso de Ábrego García, la secretaria de Justicia, Pam Bondi, lo calificó como “un traficante de seres humanos, niños y mujeres” al anunciar la apertura de una acusación formal de un jurado investigador. Sus abogados dicen que un jurado no creerá las “absurdas” acusaciones.
El senador Chris Van Hollen, quien visitó a Ábrego García en El Salvador, dijo que su regreso a Estados Unidos era algo que debió producirse hace mucho tiempo.
“Como he dicho repetidamente, no se trata del hombre, se trata de sus derechos constitucionales, y de los derechos de todos,” señaló el demócrata de Maryland en un comunicado. “La Administración ahora tendrá que presentar su caso ante el tribunal de justicia, como debería haberlo hecho desde el principio.”
Ábrego García creció en San Salvador, la capital de El Salvador, según documentos judiciales presentados en el tribunal de inmigración de Estados Unidos en 2019. Su padre era un expolicía. Su madre, Cecilia, vendía pupusas, que son tortillas rellenas de mezclas humeantes de queso, frijoles o cerdo.
Toda la familia, incluidas sus dos hermanas y su hermano, manejaba el negocio desde casa, según los registros judiciales.
“Todos en el pueblo sabían que debían comprar sus pupusas en ‘Pupusería Cecilia’,” escribieron sus abogados.
Una pandilla local, Barrio 18, comenzó a extorsionar a la familia exigiéndole una “renta” y amenazó con matar a su hermano César, o forzarlo a unirse a su pandilla, si no pagaban, según los documentos judiciales. La familia cumplió, pero finalmente envió a César a Estados Unidos.
De manera similar, Barrio 18 se centró en Ábrego García, según los registros judiciales. Cuando tenía 12 años, la pandilla amenazó con llevárselo hasta que su padre les pagara.
La familia se mudó, pero el grupo amenazó con violar y matar a las hermanas de Ábrego García, según los registros judiciales. La familia cerró el negocio, se mudó de nuevo y, finalmente, envió al joven Estados Unidos.
La familia nunca acudió a las autoridades debido a la corrupción policial rampante, indican los documentos judiciales. La pandilla continuó acosando a la familia en Guatemala, que limita con El Salvador.
Ábrego García entró ilegalmente a Estados Unidos alrededor de 2011, el año en que cumplió 16 años, según documentos en su caso de inmigración. En Maryland se unió a César, ahora ciudadano estadounidense, y encontró trabajo en la construcción.
Aproximadamente cinco años después, Ábrego García conoció a Jennifer Vásquez Sura, una ciudadana estadounidense, según los registros. En 2018, cuando Vásquez supo que estaba embarazada, él se mudó con ella y sus dos hijos. Vivían en el condado de Prince George, en las afueras de Washington.
En marzo de 2019, Ábrego García fue a un Home Depot a buscar trabajo como obrero cuando él y otros tres hombres fueron detenidos por la policía local, según los registros judiciales. Eran sospechosos de pertenecer a la pandilla MS-13 debido a sus tatuajes y atuendo.
Un informante criminal les dijo a las autoridades que Ábrego García pertenecía a la MS-13, según los registros judiciales, pero la policía del condado de Prince George no acusó a los hombres. El departamento informó este año que no tuvo más interacciones con Ábrego García ni “ninguna nueva información” sobre él. Ábrego García ha negado pertenecer a la MS-13.
Aunque no lo acusaron, la policía local lo entregó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Ábrego le dijo a un juez de inmigración de Estados Unidos que buscaría asilo y pidió ser liberado porque Vásquez Sura estaba embarazada, según su caso de inmigración.
El Departamento de Seguridad Nacional alegó que Ábrego era miembro de una pandilla basándose en la información de la policía del condado, se indica en el caso. El juez de inmigración lo mantuvo en la cárcel mientras continuaba su proceso, según los registros.
Ábrego García luego se casó con Vásquez Sura en un centro de detención de Maryland, de acuerdo con los documentos judiciales. Ella dio a luz mientras él aún estaba en la cárcel.
En octubre de 2019, un juez de inmigración negó la solicitud de asilo de Ábrego García, pero le otorgó protección para no ser deportado a El Salvador debido a un “temor bien fundado” de persecución por pandillas, según su caso. Fue liberado; el ICE no apeló.
Ábrego García se registraba anualmente con el ICE mientras el Departamento de Seguridad Nacional le emitía un permiso de trabajo, dijeron sus abogados en documentos judiciales. Se unió a un sindicato y estaba empleado a tiempo completo como aprendiz de hojalatero.
En 2021, Vásquez Sura presentó una orden de protección temporal contra Ábrego García, afirmando que él la golpeó, la arañó y le arrancó la blusa durante una discusión. El caso fue desestimado semanas después, según los registros judiciales.
Vásquez Sura dijo en un comunicado, después de la divulgación del documento por parte del gobierno de Trump, que la pareja había resuelto las cosas “privadamente como familia, incluso recibiendo ayuda profesional.”
“Tras sobrevivir a la violencia doméstica en una relación anterior, actué con precaución después de un desacuerdo con Kilmar,” declaró.
Agregó que “Kilmar siempre ha sido un compañero y padre amoroso, y seguiré apoyándolo.”
En 2022, según un informe publicado por el gobierno de Trump, Ábrego García fue detenido por la Patrulla de Caminos de Tennessee por exceso de velocidad. En el vehículo iban otras ocho personas y no llevaba equipaje, lo que hizo que un agente sospechara de tráfico de personas, se indica en el informe.
Ábrego García dijo que trasladaba a las personas de Texas a Maryland para trabajar en la construcción, según el informe. No se emitieron citaciones.
La esposa de Ábrego García dijo en un comunicado en abril que a veces transportaba grupos de trabajadores entre sitios de trabajo, “por lo que es completamente plausible que lo hubieran detenido mientras conducía con otras personas en el vehículo. No fue acusado de ningún delito ni citado por ninguna infracción.”
En mayo, la Patrulla de Caminos de Tennessee publicó imágenes de la cámara corporal del control de tráfico de 2022. En ellas se muestra un diálogo calmado y amistoso entre los agentes y Ábrego García, así como a aquellos manifestando sus sospechas de tráfico de personas antes de dejarlo ir. Uno de los agentes dijo: “Está transportando a estas personas por dinero.” Otro afirmó que tenía 1.400 dólares en un sobre.
Simon Sandoval-Moshenberg, uno de los abogados de Ábrego García, dijo en un comunicado después de la publicación que no vio evidencia de un delito en las imágenes.
Ábrego García fue deportado a El Salvador en marzo, a pesar de la orden del juez federal de inmigración. Durante casi tres meses, sus abogados han luchado por su regreso en un tribunal federal en Maryland. El gobierno de Trump describió la expulsión equivocada como “un error administrativo” pero insistió en que pertenecía a la MS-13.
Su abrupta liberación de El Salvador cierra un capítulo y abre otro en el enfrentamiento, que ya ha durado meses.
Los cargos que enfrenta se derivan del control de tránsito de 2022 en Tennessee, pero la acusación de tráfico de personas detalla una serie de acusaciones que datan de 2016 pero que apenas se están revelando ahora.
Un coconspirador también alegó que Ábrego García participó en el asesinato de la madre de un miembro de una pandilla en El Salvador, escribieron los fiscales en documentos, instando al juez a mantenerlo tras las rejas mientras espera el juicio. La acusación no se relaciona con ese argumento.
“Así es como luce la justicia estadounidense,” dijo la secretaria de Justicia, Pam Bondi, al anunciar el regreso de Ábrego García y la apertura de una acusación formal de un jurado investigador.
El abogado de Ábrego García no estuvo de acuerdo. “No hay manera de que un jurado vea las pruebas y esté de acuerdo en que este trabajador de hojalatería es el líder de una conspiración internacional de tráfico de personas de la MS-13,” afirmó el abogado Simon Sandoval-Moshenberg.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.