CIUDAD DEL VATICANO — Cuando era obispo en Perú, Robert Prevost solía buscar autos usados que pudiera comprar baratos y arreglar él mismo para usarlos en las parroquias de su diócesis. Con los vehículos que estaban realmente averiados, veía videos de YouTube para aprender a repararlos.
Ese tipo de mentalidad de arreglarse con lo que hay y de hacerlo uno mismo podría servirle a León XIV para abordar uno de los mayores desafíos que enfrenta como papa: el déficit estructural crónico de la Santa Sede, que está entre los 50 y los 60 millones de euros (entre 57 y 68 millones de dólares): el déficit del fondo de pensiones, que asciende a 1.000 millones de euros (1.140 millones de dólares), y el descenso de las donaciones, que juntos representan una especie de amenaza existencial para el gobier