Sábado de incivismo, desenfreno y atascos con las party boats en el Paseo Marítimo de Palma, donde los vecinos de esta privilegiada zona de primera línea de la capital balear han tenido que soportar «escenas de auténtica vergüenza».

Todo ello en el espacio comprendido entre el Paseo Marítimo y el muelle de las golondrinas. «Catamaranes que vierten al mar en pleno puerto sus residuos , clientes que convierten el Paseo Marítimo en su aseo particular y caos de tráfico constante al incumplir los autobuses el estacionamiento en la zona, dejando los vehículos en plena calzada o taponando el acceso a garajes para desesperación de conductores y vecinos», ha denunciado este sábado la asociación de vecinos.

La entidad ha exigido el traslado inmediato o suspensión de esta actividad, como ya se ha hecho en otros municipios de Mallorca. «Este producto turístico se ha convertido en excursiones etílicas que degradan la imagen de la ciudad , afectan a la actividad del resto de amarres y resultan incompatibles con un turismo de calidad », sentencian los vecinos.

Palma party boats

Por ello, los residentes han exigido igualmente que la zona sea incluida dentro del decreto de turismo de excesos como ya se hace en la Playa de Palma , para que esta actividad cese de forma inmediata.

Ya el pasado mes de mayo la Asociación de Vecinos del Paseo Marítimo denunció hechos similares lamentando que ni el Ayuntamiento ni la Autoridad Portuaria de Baleares (APB) sean capaces de lidiar con las empresas que han duplicado su capacidad y oferta y que no respetan ni los viales ni aceras, provocando situaciones de peligro para los conductores.

En cuanto a los autobuses , los residentes aseguran que «pese a tener habilitados puntos de carga y descargas, aparcan donde quieren impidiendo la entrada a los parkings o afectando a la fluidez de la circulación en el Paseo Marítimo».

Es por ello que desde la Asociación de Vecinos del Paseo Marítimo han pedido que se lleve toda esta actividad «fuera del núcleo urbano , ya que son prácticas de un turismo de excesos que no queremos para Palma y no entendemos la incapacidad para erradicarlas».