No hay nada más peligroso que un equipo que se cansa de perder. Y este sábado en Tampa, los Marlins decidieron que ya era suficiente. En un duelo que tuvo de todo —remontadas, sustos, batazos y drama—, Miami encontró aire puro en un momento que podía haber sido otro paso hacia el abismo.
Jesús Sánchez fue el corazón, el martillo y el rugido. El jardinero dominicano, que ha pasado por sus propios vaivenes esta temporada, conectó un jonrón de tres carreras en el tercer inning y luego sumó dos impulsadas más con un doble en una entrada que rompió todas las costuras: la quinta. En ese episodio, los Marlins anotaron seis veces y conectaron seis hits, igualando su mejor inning del año.
¿El resultado? Un triunfo 11-10 en 10 entradas ante los Rays de Tampa Bay, que no solo da cifras para la esta