En las últimas semanas, el gobierno de Estados Unidos ha intensificado significativamente sus operativos de inmigración, con agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizando redadas masivas en escuelas, lugares de trabajo y espacios públicos. Aunque las autoridades federales insisten en que estas operaciones se centran en individuos que representan una amenaza para la seguridad nacional, el alcance y la intensidad de estas acciones están generando alarma mucho más allá de las comunidades inmigrantes. Expertos, líderes locales y defensores de los derechos civiles advierten que estas redadas pueden tener consecuencias profundas, no solo para los directamente afectados, sino también para la economía nacional, la seguridad pública y la confianza ciudadana.
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