Ese gran hombre, ese gran político que tenemos por ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, al que nunca agradeceremos lo suficiente todos sus desvelos por el campo español, en general, el de Castilla y León, en particular, y, más en concreto, el de Salamanca, apareció, por fin, tras más de veinte días en paradero casi desconocido. Y escribo casi, porque fue visto en los chiringuitos que frecuenta en Nerja (Málaga) durante los primeros días de agosto, Luego, nada. ¿Quizás ha estado en la posesión que tiene en Marruecos, un pequeño palacete, en descripción de algunos de los que han pasado por allí, para gozar de mayor intimidad? Puede que sí, o puede que no, porque sus servicios de propaganda no han proporcionado información al respecto. Cada vez que se pregunta por las vacaciones del
Un monumento a Planas en la feria
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