Durante el trayecto, nada más comprobar que aquel avión era como quizá fue el barco de los exiliados, estrecho y ajeno, aunque con destino preciso, México, sentí que esa sería la única lectura del viaje

Un miedo letal, como sobrenatural, inesperado me surgió la noche en que llegué a México, el 20 de julio de este año en que escribo, 2025. Había llenado las maletas de libros, de ropa, como si al otro lado me esperara de veras un futuro que duraría más que las noches en que luego se resolvió aquel encuentro con el país que visitaba.

En el viaje de ida, de noche, en medio de gente que estaba incómoda en sus asientos, estuve leyendo un libro difícil por su historia, era una inmensa enciclopedia de lo que había sufrido la España de la diáspora. El libro es La España peregrina , título q

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