A TRAVÉS de la fotografía de alta velocidad, el doctor Masaru Emoto descubrió que los cristales formados en el agua congelada revelan cambios cuando se dirigen hacia ellos pensamientos específicos y concentrados y que el agua de los manantiales claros y la que ha sido expuesta a palabras amorosas como “gracias” y “paz”, muestra patrones de copos de nieve brillantes, complejos y coloridos. Por el contrario, el agua contaminada, o la expuesta a pensamientos negativos como “odio” y “maldad”, forma patrones incompletos y asimétricos con colores apagados.
“Los mensajes ocultos del agua”, de Masaru Emoto
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