¿Por qué los vecinos de los pueblos salieron enseguida a apagar fuegos? ¿Por qué arriesgaron sus vidas? Eduardo Martín, uno de esos cientos de ganaderos voluntarios que salieron a ayudar, lo tiene muy claro: «Creo que es algo innato, algo que siempre se ha vivido en el campo, lo que hemos visto en nuestros padres y abuelos. Al incendio sabemos que tenemos que acudir todos. En Vitigudino, por ejemplo, repicaron las campanas para que la gente acudiera. Y en ese momento, se acude y punto».
En su caso era viernes, dos de la tarde, y les avisan de que hay fuego en Cipérez, que ha sido el más grande de este verano en Salamanca, con 11.000 hectáreas quemadas. Recuerda que inmediatamente su hermano Alberto y él salieron a por los tractores para ayudar a frenarlo. No tardaron nada. «Nosotros cuand