Laberinto Ciudad de México / 29.08.2025 17:08:55
El resplandor y los insectos
son peregrinos vacilantes
de la luz que escuece el páramo.
Un tajo negro hiende el pecho del día,
la herida será un canal
donde navegaremos todos
como señales en el sueño.
A plena mañana
vuela la oscuridad a ras de los jardines:
se levanta el viento y el ruido de los animales.
El día toma su condición de agua
reverbera en pastos y cementos.
Entre el frío de los árboles,
se oye el murmullo ciego,
recomienza un día atravesado por la sombra.
Laberinto Ciudad de México / 29.08.2025 17:08:55