Cero puntos. Un gol a favor. Diez en contra. El Girona sigue cuesta abajo y sin frenos en este pésimo inicio de Liga donde ha sufrido tres derrotas consecutivas. De momento, Míchel no encuentra la tecla y sus futbolistas siguen siendo un manojo de nervios. No dan pie con bola. Sin mordiente en ataque y dando facilidades en defensa. Así es imposible. El Sevilla tuvo suficiente con estar ordenado y con armar buenos contragolpes para salir de un desesperado Montilivi con el triunfo.

Otro Girona era posible. Al menos en la alineación. El desolado y enojado entrenador del equipo, Míchel Sánchez, sacudió con furia su tablero y determinó nueve cambios con respecto a la vergonzosa derrota ante el Villarreal . A esa mutación también ayudaron las bajas por lesión y los movimientos del mercado

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