Los rifirrafes con los jefes por los retoques que exigen quirófano y días de reposo son comunes y dan pie a numerosos conflictos

Ponerse pelo, aumentarse el pecho, afinarse la nariz o redefinir el borde mandibular. Los retoques estéticos están de moda y para muchos el verano es el momento perfecto para pasar por quirófano. ¿La razón? En vacaciones te ahorras dar explicaciones en el trabajo y, además, son días idóneos para la recuperación. Sin embargo, es común que estas intervenciones generen fricciones con los jefes, pues requieren días de reposo, incluso semanas. Si surgen complicaciones, es posible que el empleado no pueda reincorporarse a su puesto en la fecha prevista: entonces el conflicto laboral está servido.

Los rifirrafes por operaciones de belleza no son una rara avis. Es

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