Meditación para este domingo XXII del tiempo ordinario

Tantas veces queremos cambiar las cosas desde arriba, pretendiendo dirigir la vida de los demás. Sin embargo, el Evangelio, enseña lo contrario: Somos grandes cuando descendemos, alcanzamos lo mejor si vivimos la humildad.

«Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola: “Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga: “Cédele el puesto a este”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto,

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