Tras un verano con temperaturas elevadísimas y fuegos virulentos, ahora las lluvias preocupan a los científicos

El verano que este domingo acaba —el meteorológico, porque el verano astronómico dura hasta el 22 de septiembre— cierra otro trágico capítulo de la emergencia climática en la que está atrapada España y que, crisis tras crisis, se ha instalado en nuestras vidas. Las temperaturas extremas de este estío han contribuido a una brutal oleada de incendios que, además de matar a ocho personas que luchaban contra las llamas y dañar la economía de muchos pueblos y los hábitats de cientos de especies , amenaza con pulverizar los registros del fuego de las últimas tres décadas.

Los incendios han afectado ya a alrededor de 400.000 hectáreas, según el perímetro provisional calculado po

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