En las montañas de Chiapas, donde la lluvia cae generosa puede darse una paradoja insoportable a la vez que una escena tan poderosa como perturbadora: un chamán con más de treinta años de experiencia reza a botellas de refresco. Consideradas por muchos como medicina, estas bebidas gaseosas forman parte de los altares donde se pide por la salud de los enfermos, mientras el humo de velas e incienso envuelve el aire. Para algunas comunidades, este líquido burbujeante es tan valioso como el oro. Tan icónica se ha vuelto la escena, que la iglesia del pueblo, repleta de botellas, se ha convertido en una atracción turística. No es casualidad, estamos en el lugar donde se consumen más bebidas azucaradas per cápita en todo el mundo.Niños acarreando bidones de agua cortesía cántaro azulEntre el verd

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