Creado: 31.08.2025 | 08:15
Actualizado: 31.08.2025 | 08:15
Como no pudo San Lorenzo pespuntear el manto este agosto con sus lágrimas de polvo de estrella, la naturaleza le regaló a la provincia leonesa una réplica del firmamento en la tierra más insospechada. Después de 20 días de llamas inclementes, focos en cada punto cardinal, vientos a traición, soles de nácar y lunas de fuego, la tregua de los incendios alboreó en mitad de los montes arrasados de Barniedo una postal para la esperanza: la bandera púrpura de las quitameriendas que descollan entre el luto ceniciento de las praderas calcinadas. A contracorriente. Con los elementos adversos. En mitad de la devastación más absoluta. Abandonada a su suerte. Apenas unas briznas de 5 centímetros, con su trampantojo de azafrán de seis pé