Miami.— Desde hace una década, en Estados Unidos se ha fortalecido el discurso oficial en materia de drogas ; se ha sostenido sobre una paradoja: por un lado, se presume la incautación de toneladas de drogas como evidencia de victorias históricas frente a los cárteles , pero, por el otro lado, la política sanitaria estadounidense ha girado hacia un modelo pragmático y frío: asegurar que los consumidores , aunque sigan drogándose, no mueran. Los funcionarios de EU celebran las reducciones en muertes por sobredosis , pero rara vez hablan de reducciones en el consumo . Las declaraciones de especialistas y las cifras oficiales apuntan en la misma dirección: “A Estados Unidos le preocupa menos que la gente deje de drogarse que el hecho de que sobrevivan mientras lo hac

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