Le preguntan a Vingegaard en la salida de Alfaro por el puerto de Valdezcaray. «No es el tipo de final en el que se vean ... grandes cambios en la clasificación general a menos que ocurra algo inusual». Pocas cosas más extraordinarias que la que cuentan en Santo Domingo de la Calzada. El santo revivió a un ahorcado y luego a una gallina asada. Por allí pasó el danés de camino a la estación de esquí riojana, sin viento ni nada exepcional más allá de la lluvia que dejó en papel mojado lo dicho horas antes. Antes que el arcoiris brotó la ambición del líder del Visma por empezar a decantar La Vuelta.
Pidcock, segundo en la meta, se posicionaba junto al danés. «Estos son finales en cuesta donde realmente no se pueden marcar diferencias porque no son lo suficientemente empinados». Pero aport