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“No me puedo morir porque todavía no hice una película”, le dijo su papá a un día antes de fallecer. Ese amor inconcluso por el cine del padre se transformó en el motor de la hija, que decidió hacer esa película. A partir de guiones, filmaciones y fotos heredadas, la guionista, poeta y directora de Temperley dio forma a “Nuestra cosa perdida" , un largometraje en el que busca seguir dialogando con su padre e imaginar, incluso después de la muerte, una película hecha entre los dos. En septiembre el film se proyectará en Kansas, Estados Unidos, y llegará a Argentina en marzo del año próximo.
Martina estudió guión en la ENERC y, como su papá Daniel, ama el cine. Durante la pandemia, cuatro años después de su muerte, su casa seguía llena de objetos de él que todavía no había podido sol