La princesa Diana fue admirada alrededor del mundo por su elegancia y cercanía con la gente. Sin embargo, detrás de esa sonrisa radiante se encontraba una mujer profundamente sensible y, en muchos aspectos, tímida. Desde el inicio de su matrimonio con Carlos, Diana enfrentó una vida marcada por el escrutinio mediático, constantes rumores y problemas emocionales que ella misma reconocería en entrevistas más tarde.
A pesar de esas dificultades, Diana siempre se mostró fuerte y segura cada vez que atendía un evento público. Lograba irradiar confianza, incluso en escenarios tensos, donde sabía que todos los ojos estaban puestos en ella. Uno de sus secretos para lograr dominar estas situaciones, de acuerdo con aquellos que tuvieron oportunidad de conocerla de cerca, era un ritual muy especia