Alberto J. Olvera y Adalberto Tejeda-Martínez*

Entre el exrector Martín Aguilar y la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana se va haciendo recurrente la conducta de la evasión.

Para evadir el requisito de la edad menor a 65 años para ser rector, en vez de acudir a los juzgados en busca de un amparo, el rector, del brazo de la Junta, se sacó de la manga la carta tramposa de la prórroga.

Para evadir la falta de quorum y las protestas de cientos de académicos y estudiantes, el 27 de agosto, a última hora el informe rectoral fue trasladado al salón de un hotel, recinto privado y de renta no baja, para albergar un acto que debió ocurrir en las instalaciones propias de la Universidad.

Para evadir la toma de protesta ante el pleno del Consejo Universitario General, en esa misma cerem

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