Eduardo Vega, licenciado en Ciencias Geológicas y organizador de excursiones en el norte neuquino, comentó que su interés por mostrar la región surgió a partir de la pasión por la montaña y el conocimiento adquirido en su formación académica.
“ Soy licenciado en geología, trabajé en diferentes lugares y siempre me encantó mi zona, la de los volcanes y las cordilleras ”, expresó.
El guía explicó que en Buta Ranquil permanecen huellas de la intensa actividad minera desarrollada a mediados del siglo XX.
Por un lado la atracción por los vestigios de los campamentos mineros y por otro, en los últimos años, adquirió relevancia el mar de Vaca Muerta que, por ser el complejo del volcán Tromen un afloramiento vertical permite observar la formación geológica a pocos centímetros.
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