Un tigrillo al parecer usado como mascota y que apareció en una vivienda en El Cerrito, fue entregado a las autoridades para su recuperación y devolución a su hábitat.

El felino, con apenas cinco meses de edad, con ojos grandes, pelaje vibrante y un collar rojo que contaba una historia de cautiverio, llegó débil, hambriento.

En medio del silencio de una casa en este municipio, algo inesperado rompió la rutina: se escuchó un rugido suave, casi confundido, que no pertenecía a un gato doméstico.

Había sido confundido con una mascota, pero su instinto lo delataba. Esquivo, desconfiado, debilitado, su cuerpo contaba una historia de cautiverio, de separación de su hábitat, pero la familia que lo encontró no lo ignoró.

Con empatía y responsabilidad, llamaron a quienes podían ayudar: la CVC, l

See Full Page