En la tarde del 24 noviembre de 2015, dos vecinas de Pontypridd, un pequeño pueblo de Gales , estaban ordenando la casa de una amiga fallecida cuando encontraron un paquete extraño , escondido en el altillo. Estaba cuidadosamente envuelto en varias capas de plástico y cinta adhesiva. Al intentar moverlo, notaron que era pesado.

En un principio pensaron que podía tratarse de un maniquí, pero pronto la sospecha fue más inquietante: lo que había dentro parecía un esqueleto humano . Lo que no sabían todavía era que ese hallazgo pondría fin a un misterio que llevaba casi veinte años sin resolverse.

La casa pertenecía a Leigh Sabine , una mujer de 74 años que había muerto poco antes a causa de un cáncer. Carismática, siempre maquillada y con el pelo arreglado, era conocida por los ve

See Full Page