L a advertencia lanzada por el nuevo director de EpaAustral, José Retamales, no puede quedar en el vacío: “Si no tenemos los servicios, se van a ir”. La frase resume, con crudeza, el riesgo que enfrenta Magallanes y en particular Punta Arenas como puerta de entrada a la Antártica. Aun cuando hoy la región concentra la mayor parte de los programas antárticos nacionales del mundo, esa condición no está asegurada si no se resuelven las carencias en infraestructura portuaria, suministro de combustibles y servicios básicos que requieren las naves científicas y turísticas.

La última temporada dejó en evidencia el peso del movimiento: unas 150 recaladas de buques con destino a la Antártica, entre cruceros y barcos de investigación. Sin embargo, la infraestructura actual ya es insuficiente. N

See Full Page