Gustavo Ybarra
En uno de los momentos más críticos para el gobierno de Javier Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel mantiene un delicado equilibrio entre el silencio sobre las denuncias de corrupción que salpican al corazón del poder libertario y los claros gestos de diferenciación con una administración que ya no siente como propia, tanto por cuestiones ideológicas como por el maltrato que viene recibiendo de la Casa Rosada desde principios del año pasado.
Victoria no va a hablar por respeto, algo que nunca perdió y nunca va a perder. Por respeto a Javier Milei y también por respeto institucional, porque hay una causa abierta y es la Justicia la que tiene que actuar y dilucidar cuál es la verdad, respondieron voceros de la vicepresidenta cuando LA NACION intentó obtener una opi