La transición hacia energías limpias y sostenibles avanza con proyectos que sorprenden por su creatividad. Un ejemplo llamativo ocurre en Barcelona , donde un colectivo urbano funciona gracias a un combustible producido a partir de excrementos humanos.
Aunque suene insólito, la clave está en los lodos que provienen de aguas residuales, que se transforman en biometano . Este gas renovable permite reducir en un 80% las emisiones de dióxido de carbono en comparación con el gas natural tradicional , posicionándose como una alternativa mucho más amigable con el ambiente.
Un colectivo funciona gracias a la energía generada con excrementos humanos
En la capital catalana, un bus de la línea V3 circula desde hace cinco años impulsado por este biocombustible . La experiencia forma parte