Una de las entidades con mayor índice de corrupción es el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), especialmente por el manejo del sistema carcelario, el que, como ya sabemos, hace agua por todos lados: desde la seguridad externa hasta el control interno de los presos. Por eso, es importante que parte de la reforma contra la inseguridad ciudadana incluya con énfasis este aparato tenebroso.
Se aplauden las acciones emprendidas en las 68 cárceles del país, donde se ejecutó un operativo inopinado del INPE con la participación de 1174 agentes penitenciarios del Grupo de Operaciones Especiales, 2091 efectivos policiales y 104 fiscales, quienes irrumpieron en las celdas donde se gestan los planes siniestros de extorsión y sicariato. El resultado: celulares, chips, drogas, armas. Es decir, nada