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En el páramo de Chingaza, de donde proviene el 70% del agua que consumen los bogotanos, los bosques están ganando terreno. Entre 2018 y 2024, las imágenes satelitales muestran un aumento significativo de la presencia de árboles en el páramo (10 mil hectáreas nuevas de bosque). Lo que debería sonar a triunfo ambiental es, en realidad, una alerta grave. ¿La causa? El cambio climático, que empuja la frontera del bosque hacia arriba por la montaña, desplazando frailejones, arbustos y pajonales, vegetación clave para la regulación hídrica.

Crédito: Javier Guerra con imágenes de Dynamic World

El problema es sencillo pero devastador: los frailejones funcionan como esponjas que capturan y liberan el a

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