Si tuviésemos que explicar la situación del gobierno de Javier Milei con un ejemplo de la vida cotidiana podríamos pensar en una familia perdida en sus viajes de vacaciones con su auto en medio de la tormenta de Santa Rosa. Ninguno de sus integrantes tiene idea de los caminos para recuperar su rumbo, ni leer el mapa, ni utilizar el GPS. Es decir, el Gobierno perdió la hegemonía de la política argentina y la interna desatada en el seno del poder no dejan ver una conducción clara. ¿Estamos frente a un vacío de poder? ¿Quién será el nuevo conductor designado?
¿Por qué decimos que el Gobierno perdió el rumbo y la hegemonía de la política nacional? Porque la oposición le marca la agenda desde el Congreso y los mercados marcan el pulso de la economía en cada vencimiento de los bonos . Ade