El terremoto de magnitud 6.0 que sacudió el este de Afganistán, dejando al menos 812 muertos y más de 2.700 heridos, evidencia la alta vulnerabilidad de la población ante los desastres naturales en uno de los países más peligrosos del mundo para sufrir un sismo. La combinación de pobreza, décadas de guerra y un terreno montañoso hace que los impactos de cada temblor sean devastadores.
Afganistán se encuentra sobre el punto de colisión de la placa índica y la placa euroasiática, un choque que originó la cordillera del Hindu Kush, una de las zonas sísmicamente más activas del planeta. La mayoría de los terremotos en la región son poco profundos, lo que aumenta la fuerza de las sacudidas en la superficie, mientras que los valles de Kunar y Nangarhar complican el acceso de los equipos de resc