Cuando se habla del presente y el futuro de la medicina, las células madre aparecen siempre en primer plano. Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) , son únicas porque pueden multiplicarse de manera indefinida y, al mismo tiempo, transformarse en células especializadas como las del corazón, el hígado o el cerebro.
Este “poder de transformación”, las convierte en el centro de la medicina regenerativa y en una de las áreas más prometedoras de la ciencia, con el potencial de cambiar para siempre la forma en que tratamos enfermedades.
Su valor radica en que actúan como un sistema de reparación natural que genera nuevas células cuando el cuerpo las necesita y en el laboratorio permiten a los científicos reproducir procesos que antes eran imposibles de observar.
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