La manera de buscar trabajo ha cambiado radicalmente en los últimos años. Hace unas décadas, lo habitual era recorrer las calles con un currículum bajo el brazo, revisar los clasificados de los periódicos o confiar en el boca a boca para enterarse de alguna vacante. Era un proceso lento, limitado y muchas veces dependía más de la suerte que de la preparación.
Con la llegada de Internet todo cambió. Los portales de empleo permitieron acceder a cientos de ofertas con un solo clic, facilitando tanto la publicación de vacantes como el envío de candidaturas. Esto trajo consigo contrataciones más ágiles, pero también un trato más impersonal.
Hoy el mercado laboral inicia una nueva etapa con la llegada de plataformas híbridas como beBee que representa la evolución natural de los portale